Allá por el año 1927…en la Calle Catamarca, a metros de las vías del tren en la ciudad de Quilmes, cuando alrededor solo había unas pocas casas y un tambo; nació Salinera La Delicia. Una familia del lugar comenzó a comprar y vender sal, que en aquellos tiempos, llegaba y se entregaba en carretas, recorriendo calles de tierra y empedradas, acercando este producto a quienes lo necesitaban.
En los años 60, la historia tomó un nuevo impulso de la mano de los hermanos Ballano, que incorporaron vehículos y a lo largo de su trayectoria sumaron clientes como panaderías, pizzerías, lavaderos, tintorerías y químicas. Con ese mismo espíritu emprendedor, años después comenzaron a fraccionar y envasar sal fina y gruesa para el consumo en los hogares, llegando así a mayoristas y supermercados.
Ya en la primera década de los años 2000, los hermanos confiaron el futuro de la empresa a dos jóvenes: Eduardo Marconi y Gerardo Pérez. Ellos trasladaron la salinera a Quilmes Oeste y continuaron con dedicación durante casi dos décadas, dónde luego tras la dolorosa y temprana pérdida de Eduardo, Gerardo, con el apoyo de su familia, decidió seguir adelante para honrar su memoria y el esfuerzo de todos los que habían construido esta historia.
Con orgullo por nuestro pasado y con la mirada puesta en el futuro, hoy seguimos asumiendo el desafío de crecer, desarrollando nuevos productos que lleguen a más hogares y manteniendo la cercanía y el servicio que nos distingue desde siempre.